Parálisis del sueño
El insomnio ha devorado la noche. La angustia te ha mantenido en vela más tiempo de lo habitual. Pero como se necesita descansar, uno acaba cayendo en brazos de Morfeo. Tras unas horas de sueño, despiertas. Abres los ojos, reconoces el lugar, oyes lo que ocurre a tu alrededor… Intentas moverte, pero no puedes. Tu cuerpo no responde. La angustia se apodera de ti hasta el punto que te cuesta respirar. Tratas de reaccionar, de pedir ayuda, de conseguir un mínimo gesto que rompa la rigidez que te ha paralizado. Hasta que, de pronto, tu cuerpo vuelve a obedecer a tu voluntad. Recuperas la movilidad, puedes volver a respirar con tranquilidad. La pesadilla ha acabado.
Leer Más