Una controvertida decisión del recién fundado Ministerio de Ciencia amenaza con expulsar al Institut Català d’Investigació Química (ICIQ) de la élite de la investigación española. Desde el 30 de junio, el centro ha dejado de figurar en el programa Severo Ochoa, un sello creado para distinguir a los centros investigadores más destacados en España, pese a que sigue siendo reconocido como uno de los mejores centros de investigación del mundo en el ámbito de la química (avalado por rankings como Mapping Scientific Excellence, Nature Scientific Index y SCIMAGOJR). La situación, según apuntan los responsables del instituto, ubicado en Tarragona, plantea dudas respecto hasta qué punto los “criterios de excelencia” marcados por la convocatoria española reflejan la realidad de las instituciones dedicadas a la investigación.
El programa Severo Ochoa nació en el año 2011 como un distintivo para reconocer los centros de investigación de excelencia del país. Desde entonces, el Ministerio de Economía y Competitividad (ahora Ministerio de Ciencia, Universidades e Innovación) dedica 40 millones anuales para impulsar a los centros Severo Ochoa (con 4 millones por centro a repartir durante cuatro años) y a las unidades de investigación Maria Maetzu (con 2 millones a repartir durante el mismo periodo). Todo ello en base a unos criterios establecidos por la convocatoria, los cuales son evaluados con un sistema numérico, y un informe emitido por un comité de expertos internacionales, encargados de evaluar aspectos como el resultado y el impacto de las investigaciones realizadas y las líneas estratégicas propuestas para los siguientes cuatro años de trabajo.
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