Cuando se habla de cilantro, roquefort o pizza con piña no hay matices. O los amas, o los odias. Será por eso que -como dice el refrán- para gustos, los colores. Pero en el caso del cilantro parece ser que la disparidad de opiniones polariza tanto a fanáticos como detractores. Mientras que para algunos esta especia aporta un toque cítrico a los platos, para otros sabe a jabón, sucio o mohoso. ¿Pero a qué se debe esta enorme diferencia?
La curiosidad científica ha llevado a más de un equipo de investigadores a indagar sobre la cuestión. Por ahora, la respuesta a esta controversia parece estar relacionada con las variantes genéticas encargadas de la recepción olfativa y gustativa de la especia, conocida científicamente como Coriandum sativum. Para conseguir zanjar el debate, recientemente la American Chemical Society ha creado un vídeo para hablar sobre «por qué algunas personas odian el cilantro».
Curiosamente, la aversión hacia esta especia ha conseguido canalizar el odio de muchos a través de la página web ihatecilantro.com. En esta, sus más de 5.000 seguidores relatan sus experiencias con la especia y a qué les recuerda su sabor. Las variantes más populares que se comentan en el foro equiparan al cilantro a sustancias como el jabón, el metal o incluso detergentes. Pero más allá de la subjetividad de los gustos, la ciencia ha intentado dar explicación a esta disparidad de opiniones a través de un conjunto de estudios y análisis.
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