La edición genética para fines reproductivos se está convirtiendo poco a poco en una realidad. Este mismo jueves se ha publicado que gracias a esta técnica se ha logrado que parejas de ratones del mismo sexo tuvieran hijos biológicos. Un importante avance que, en un futuro más o menos lejano, podría empezar a experimentarse en otras especies hasta llegar a los humanos. Pero antes de llegar a ese punto, estas técnicas deberán enfrentarse a importantes obstáculos científicos y éticos para garantizar su viabilidad. ¿Qué ocurriría si empezáramos a utilizar esta técnica en personas?
Para empezar, como ocurre con tantas otras tecnologías todavía en fase de desarrollo, en el caso de la edición genética no podemos garantizar que lo que ha funcionado en ratones de laboratorio también pueda funcionar en humanos. Y, aún si se lograra implementar con éxito de una especie a otra, seguiría existiendo la preocupación de hasta qué punto es posible garantizar a corto y largo plazo la salud de los niños y niñas engendrados con estos procedimientos. De ahí que gran parte de estos estudios científicos se vayan apoyando en disciplinas como la bioética para discutir las posibles implicaciones de sus avances.
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