La belleza está en los ojos del que mira. O al menos así lo dijo Francis Bacon, célebre filósofo y pionero del método científico. ¿Pero qué es lo que realmente sabemos sobre este sentimiento arrollador? Un nuevo artículo publicado en la revista ‘Current Biology‘ (Cell Press) repasa algunas de las reflexiones más destacadas sobre la belleza desde el punto de vista tanto filosófico como científico. En este metanálisis, Aenne A. Brielmann y Denis G. Pelli analizan de qué manera se ha abordado el estudio de la belleza. Un elemento que, al fin y al cabo, condiciona gran parte de nuestras vidas.
«La belleza es muy subjetiva y por ello se ha supuesto que es intratable por la ciencia, pero algunas de sus propiedades siguen reglas simples», explica Pelli, profesor en el Departamento de Psicología de la Universidad de Nueva York y autor del artículo. «Los filósofos siempre han supuesto que la sensación de belleza es un placer especial. Sin embargo, nuestro análisis muestra que la sensación de belleza puede ser simplemente un placer muy intenso, que de otro modo no sería especial», concluye el investigador.
El término estética fue acuñado originalmente por el filósofo alemán Alexander Baumgarten, quien lo definió como aquello «perteneciente a la belleza o a la apreciación de la misma». Una idea que, según los investigadores, está relacionada con ideas de la psicología cognitiva y la neurociencia. De acuerdo con el neurocientífico Anjan Chatterje «el término estética es utilizado para hablar de la percepción, la producción y las respuestas al arte así como las interacciones con los objetos y las escenas que evocan intensos sentimientos». Una perspectiva que, esta vez sí, da pie a estudios empíricos sobre la belleza.